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Hallan los restos de un barco que naufragó hace 85 años en el río Paraná

El buque "Elgar" encalló en un banco de un sedimento. En el lugar se formó una isla que con los años lo fue tapando. ¿Cómo lo encontraron?

Hay acontecimientos de una época tan remota que hoy sólo unos pocos memoriosos consiguen reconstruirlos. Este es el caso del buque “Elgar” que el 25 de noviembre de 1934, mientras remontaba el curso del río Paraná, quedó encallado en un banco de limo, frente a las costas de la ciudad de San Pedro, provincia de Buenos Aires. Durante muchos años, su mástil de 4 metros de altura fue un símbolo del hundimiento. Pero lentamente, el material consolidado de las profundidades lo convirtió en olvido. Hasta que un grupo de expertos, equipados con un drone, logró revelar su ubicación exacta.

El hallazgo estuvo a cargo de expertos del Museo Paleontológico de San Pedro, que aprovecharon la bajante del río Paraná para determinar dónde ocurrió el siniestro 85 años atrás. Primero avanzaron un trecho en lancha y posteriormente, desplegaron un dron de largo alcance para obtener las que probablemente sean las últimas imágenes de los restos del barco, antes de que la tierra se lo embuche.

“En la Prefectura local no quedaban registros. Pero sí algunas cartas náuticas donde aparece una fugaz referencia al hecho. Tampoco se apuntaron víctimas fatales. Algunos lugareños todavía recuerdan un barco de unos 40 metros volcado de costado. De su carga, unos dicen que transportaba cemento y otros, piedra. La gran bajante nos permitió -ya que la altura de las aguas es de 2 metros y ahora estaba en 80 centímetros- conocer sus dimensiones”, relata José Luis Aguilar, director del Museo de San Pedro.

Desde que se enclavó en la porción de tierra triangular ubicada en el medio del río, el buque y el lugar pasaron a ser un punto de referencia para pescadores y navegantes. La “isla del barco a pique”, como se conoce aquella coroza herrumbrosa que sobresalía del agua. Pero hace más de 20 años, al quedar completamente sumergido, se lo había perdido de vista.

En su momento, muchos de los vecinos que frecuentaban el río llegaron a reutilizar algunos elementos del naufragio abandonado. Algunos, incluso, recuerdan haber estado pescando, durante su juventud, sobre la cubierta del buque abandonado.

“La mecánica del río hizo que la Isla del Medio creciera, se estirara aguas abajo y fuera atrapando lentamente al maltrecho buque en una arena viscosa hasta cubrirlo en su totalidad. Las últimas fotos que logramos son del cabrestante, que es la parte donde se engancha el ancla. Para rescatar la historia náutica de la zona nos propusimos fijar su posición”, argumenta Aguilar.

Así, un equipo integrado por José Luis Aguilar, Javier y Lucas Saucedo, David Tettamanti, Fernando Chiodini y Cristian Aguirre, desembarcó en la isla con un drone para sobrevolar el lugar y tratar de ubicar el punto exacto. Gracias a ese equipo se pudieron sortear los 1.200 metros de pantano que hoy rodean los restos sumergidos en el lodo y que hacen imposible una aproximación directa.

El lugar donde yace el casco del Elgar es un pantano que se formó a medida que la zona de masa terrestre estable se fue uniendo con el banco de limo donde se encalló este carguero. Las dos fracciones de tierra se fueron fusionando hasta conformar una isla con el doble del tamaño que poseía en aquel entonces.

“En su interior quedó atrapada esta nave de acero olvidada en medio del Paraná. A pesar de la altura de su casco, la isla pudo más y en 85 años fue sepultando al barco, poco a poco, hasta hacerlo desaparecer en un espeso pantano justo en medio del islote. Por fortuna, se pudieron documentar las últimas imágenes de este naufragio antes de que la isla lo termine de tragar para siempre”, detalla el Grupo Conservacionista de San Pedro.

Esta es la tercera embarcación que el Museo Paleontológico de San Pedro rescató en la zona. En 2016, localizaron el «Republicano», de la flota argentina que combatió en la histórica batalla de la Vuelta de Obligado en 1845, donde las tropas argentinas enfrentaron a una poderosa escuadra anglo-francesa.

Fue encontrado en el fondo del río Paraná casi en el mismo lugar donde las referencias históricas aseguran que se hundió por decisión de su comandante, para evitar ser capturado por el enemigo.

El comandante de la nave Tomas Craig, al mando de 40 hombres, una vez que agotó las municiones de sus seis cañones y al detectar un incendio en el sector de proa por el fuego enemigo, tomó la decisión de hacer estallar el barco como estrategia de combate y antes de que fuera tomado por la flota anglo-francesa.

El otro descubrimiento, ocurrido el año pasado, también al bajar las aguas del río Paraná, fue el buque «Carmen Ligera», de unos 18 metros de largo, hundido el 21 de agosto de 1921 a raíz de un incendio. Su tripulación pudo ser rescatada por un barco de carga, según reconstruyó el Museo de San Pedro.

Sus restos fueron encontrados a unos 200 metros del cauce principal del Paraná, en una zona conocida como Cancha del Dorado. El buque se hundió cuando viajaba desde Buenos Aires hacia el puerto de la ciudad de Corrientes.

La embarcación que también estaba semienterrada, no puede ser retirada del lugar debido al deterioro sufrido en casi un siglo. Además, está cubierta por un sedimento producto de las crecidas del río, por lo que ya quedó sepultada definitivamente.

Fuente: Clarín.

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