El Paraná tiene historias, recuerdos y leyendas de pescadores a lo largo de su cauce, pero el tiempo las mezcla y confunde con el paso de los años. Algunas se mantienen vivas por la herencia de su gente y otras se resisten al andar incesante de los minutos y las horas.

Elonce, hace algunos años retrataba la historia de Galván, a propósito de que en Paraná ya no quedaban los comerciantes de pescado que deambulan con el palo (palanca) cruzado en el hombro y los extremos llenos de pescado, aunque en la ciudad ribereña de La Paz, sí: el «último palanquero», año a año, se preparaba para la semana con mayor venta del año: la de Semana Santa.

«La frase» que inmortalizó al palanquero

El documental es uno de los tantos homenajes que recibió Horacio Galván. «Uniforme blanco y palanca blanca. Tiene que estar pintada y se hace una vez por mes», contaba Galván, al tiempo que agregaba: «al rozarte con la palanca, te rozás con muchas personas. La palanca es mi vida».

Durante más de 40 años su ubicó «en la misma esquina de siempre», en San Martín y 9 de julio de La Paz, para vender pescado. 

«El último palanquero» tenía una frase con la que completaba su «marketing» callejero para llamar la atención de los consumidores: «¿Son sordos o no tienen plata?», gritaba Galván con tono de sapucai en las calles paceñas.