Ambientalistas en alerta: Piden que Uruguay desestime la planta de metanol frente a Colón y denuncian «pérdida de soberanía»

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Este viernes a las 11 la Multisectorial Somos Ambiente de Colón realizó una conferencia de prensa en la sede central de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) en Paraná.  En este marco la agrupación ratificó su rechazo a la instalación de una planta de combustibles sintéticos (metanol) de la empresa HIF Global en Paysandú, Uruguay, ubicada frente a las costas de Colón.

Los voceros de la Multisectorial, Evangelina Báez, Carlos Cerrati y Héctor López, advirtieron sobre la vulnerabilidad de la población y el daño irreversible a la economía de la costa del Río Uruguay.

Además acompañaron la actividad la concejal de Colón, Karen Culiat; el Director de Ambiente de la Municipalidad de Colón, Roberto Vergara; el Secretario de Gobierno de la Municipalidad, Mariano Bravo; la fundación Eco Urbano y la Fundación Arbolar.

El metanol y la amenaza de las chimeneas

En primer lugar Báez explicó que el proyecto, inicialmente publicitado como una planta de hidrógeno verde, es en realidad una «planta química de combustibles sintéticos» para producir metanol a base de hidrógeno verde y dióxido de carbono. La principal preocupación radica en la ubicación y los riesgos de contaminación por las emanaciones.

«Lo que notamos es que la empresa va a tener cuatro chimeneas de 80 metros con una llama de siete metros y medio flameando todo el día«, detalló Báez. «Los gases venteados por esas chimeneas van a ir inevitablemente para nuestra zona, porque desde octubre hasta abril tenemos vientos del sector este constantemente», sentenció.

Por su parte Cerrati hizo hincapié en la peligrosidad del compuesto a producir: «El metanol no es riesgo cero, es muy volando y es explosivo«. El metanol es conocido por su alta toxicidad, pudiendo causar daños graves al sistema nervioso central, ceguera y ser potencialmente mortal por inhalación o ingestión, según la información toxicológica disponible.

Impacto en la soberanía y la economía

Los expositores también señalaron el daño a la matriz económica de Colón, San José y Pueblo Liebig, basada históricamente en el turismo y la producción de alimentos de alta calidad (avícolas, miel, nuez pecán, vitivinícola).

Cerrati advirtió sobre las consecuencias para Argentina: «Nuestro país está perdiendo soberanía» al no existir una legislación nacional o provincial que pueda contrarrestar el deterioro. Además, aseveró que las inversiones turísticas y productivas de la zona «tienen el derecho, por sobre todo de ser respetado ese tipo de inversiones«. López coincidió en que la actividad económica de Colón «va a la baja», lo que generará una depreciación de propiedades y posible emigración.

Ante la falta de información por un «acuerdo de confidencialidad» entre la empresa y el gobierno uruguayo, Cerrati destacó que la comunidad de Colón es una «población vulnerable» y exigió la realización de un «estudio epidemiológico de lo que significa el estado de salud actual de la población» para tener un registro de base.

La lucha y el antecedente de Botnia

López fue categórico al señalar que la Multisectorial ya no pide solo la relocalización, sino que la planta «salga del río Uruguay» ante lo que consideran posturas «irresponsables» de la empresa.

Comparando la situación con el conflicto de Botnia/UPM en Gualeguaychú, los ambientalistas señalaron que la lucha de Botnia demostró que «la movilización muscular es la que se hace escuchar». A diferencia de Botnia, la planta de Paysandú aún no está construida. Sin embargo, mencionaron un antecedente negativo: la empresa fue multada por el gobierno uruguayo por haber realizado una «tala ilegal» antes de obtener la Evaluación Ambiental aprobada.

Báez concluyó con un mensaje optimista sobre el apoyo local: «Cuando la gente se entera, se informa, todos rechazanden» el proyecto. (APFDigital)

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