Policiales
Policía bonaerense se pegó un tiro en la cabeza luego de que su ex difundiera un video y fotos íntimas
Belén San Román se pegó un tiro en la cabeza luego de que su ex difundiera un video y fotos íntimas que le valieron un sumario. El padre de la policía le pidió a la diputada Gaillard que apruebe el proyecto de ley contra la "pornovenganza".
Belén San Román tenía 25 años, era mamá de dos chiquitos y policía de la Bonaerense en Bragado. Belén San Román se pegó un tiro en la cabeza el 30 de noviembre porque no aguantó más: según su familia, fue luego de que su ex difundiera un video y fotos íntimas que le valieron un sumario.
Belén San Román murió el 4 de diciembre y su familia ahora pide que Diputados apruebe el proyecto de ley contra la «pornovenganza» que ya tiene media sanción en el Senado.
«Que la muerte de Belén y otras Belén no sean impunes. Que la celeridad prime por sobre lo conveniente, la violencia machista en distintas modalidades MATA», escribió en Facebook Jorge San Román, el papá de la víctima, el mismo día que murió su hija.
Según el relato de su familia, la tragedia de Belén había comenzado cuando su ex, identificado como Tobías Villarruel (25) y oriundo de Chivilcoy, viralizó fotos y vídeos de la policía del Comando de Patrullas Rural.
Eso le habría valido a la mujer policía un sumario administrativo de parte de la dirección general de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad Bonaerense.
El 30 de noviembre, los compañeros de Belén del Comando de Patrullas Rural de Bragado la encontraron herida de gravedad: se había disparado en la cabeza con su arma reglamentaria. Antes, les había mandado a sus compañeros mensajes que los alertó, y por eso fueron a verla a su casa. Sus hija y su hijo no estaban.
Belén fue internada en el hospital municipal San Luis de Bragado en muy grave estado. Allí transcurrió los últimos días de su vida y murió el viernes 4 de diciembre por la mañana.
«Tobías Villarruel, de la ciudad de Chivilcoy, el que viralizó fotos y vídeos de mi hija, hostigándola y amenazándola, hizo que ella termine con su vida», fue parte del posteo en Facebook que hizo Graciela, la mamá de Belén el 2 de diciembre. Su hija moriría 48 después.
En ese posteo, Graciela contaba que Belén tenía «dos pequeños hijos que ama con todo su ser, como así su trabajo, orgullosa de pertenecer a la fuerza policial». Y siguió: «Tan culpable esta lacra, como todos aquellos que viralizaron. El ser humano es la peor de las especies en este mundo enfermo. Ojalá sus sucias conciencias no los dejen vivir en paz».
Según el diario La Razón de Chivilcoy, Villarruel está detenido en Bragado, acusado de haber asaltado una panadería local con un arma blanca en abril de 2018 en una causa que tramita en la UFI N°6 del fiscal Luis Carcagno, por robo agravado.
Su arresto se dio en junio de ese 2018, en una granja de rehabilitación de Merlo. No fue su primer arresto: en enero de ese mismo año cayó por quemar contenedores.
Desde el Departamento Judicial de Mercedes indicaron que ahora se está trabajando en la causa de la muerte de Belén. Sí contaron que la víctima «no había denunciado» a su ex.
Casi una súplica
Lo cierto es que los papás de Belén motorizaron una campaña para pedirles a los legisladores que aceleren el tratamiento de la ley contra la «pornovenganza».
El proyecto, cuya autora es la senadora santiagueña Claudia Ledesma Abdala, ya tiene media sanción del Senado desde julio pasado y modifica los artículos 155 y 169 del Código Penal: propone penar la difusión de contenidos no consentidos de desnudez, sexual o erótico, incluso si se han obtenido con autorización de la víctima.
Jorge, el papá de Belén, le pidió a la diputada entrerriana Ana Carolina Gaillard (FdT), presidenta de la Comisión de Legislación Penal, que «apruebe este proyecto de ley».
«La difusión de material íntimo, fotográfico, vídeo y audios, vulneran la intimidad de las víctimas de estas prácticas aberrantes y son claramente disfunciones de venganza, extorsivas, etc. Belén fue víctima, que quede claro, bajo ningún punto de vista se la puede poner en otro lado», escribió su padre.
En ese punto, amplió que su hija fue «víctima del perpetrador quien difunde las imágenes compartidas en la intimidad (¿quién no lo ha hecho?), víctima de quien recibe y comparte el material, víctima de quien o quienes pronuncian su nombre apuntando con el dedo o catalogando sin siquiera pensar en el daño que ocasionan, víctima del sistema que carece de leyes y abordaje inmediatos, víctima, víctima, víctima».
Y cerró: «De nada sirve la conmoción colectiva cuando todo está consumado. Sólo sirve entender y enfatizarse que es comprometerse a ayudar a la víctima sin juzgarla. Perdón Belén».