Política
Malo: Se reciente cada vez más el sector comercial en La Paz
Los negocios no paran de cerrar sus puertas. Un paisaje que comenzó a hacerse habitual desde la segunda etapa del macrismo y que se profundizó con el correr del tiempo ante una pandemia que no dio oportunidad ni tiempo para repuntar en lo económico.
Como si todo fuese poco, la política y sus disputas, también tienen su capítulo en esta triste realidad. El intendente reclama mayor coparticipación a los municipios y desde la oposición lo señalan al conductor municipal como el autor de un gran endeudamiento en épocas en que Macri junto a sus ministros, lo visitaba periódicamente y lo consideraba uno de los cercanos.
Es difícil de entender a dirigentes políticos, sindicales, empresariales en su conjunto. Antes, cuando estábamos atravesando una etapa de incremento sostenido en el país, hace 6, 7 y hasta 8 años atrás, se conformaban en Mesas Institucionales en las que, figuras antagónicas en lo ideológico, lograban ponerse de acuerdo y tiraban todos para el mismo lado, para el lado de la ciudad.
Por entonces, reclamaban, gestionaban y hasta exigían con posturas muy duras hacia el entonces gobierno provincial.
Esas mesas de instituciones eran una especie de fuerza conexa al Ejecutivo local. Lo hicieron en momentos en que se pedían cosas como: desde asfaltar el autónomo, subsidios para eventos festivos, infraestructura turística, etc.
Son «raros» los dirigentes paceños, no?. Hoy están todos en la personal y no hay una sola estrategia que tenga la fuerza de un acuerdo magno, que busque, entre otras cuestiones de urgencia, apagar el hambre en los sectores más vulnerables y cuidar la fuente laboral del pueblo. Sentar en ese acuerdo a legisladores, dirigentes de toda la región, avanzar con agendas comunes, en fin. Hoy el Covid-19 afecta hasta en el ingenio o debe causar, entre sus patología, el síndrome de aplaudidores con culpa. «No es tiempo de eso», te dicen. Terrible, ¿no?¿Cuándo es tiempo entonces?
¿Cuál es el mérito de ser o creerse dirigente cuando todo funciona bien?. El desafío es, convertirte en un gran dirigente cuando te interpelan tus propias contradicciones en medio de un escenario donde siempre (y como siempre), lo que importa es el otro.